CEMENTERIO DE CUCHARILLAS

Quiero decir de antemano que esta reflexión no está basada en hechos reales actuales. Que nadie malinterprete. Al revés.  Es más una sensación por suerte pasada pero muy típica de las relaciones internas de los grupos musicales, de la que hoy me apetece reflexionar sin más. Aunque realmente también se puede comparar con las relaciones personales y sentimentales, creo yo.

Una cucharilla, pequeña pero necesaria

Una cucharilla, pequeña pero necesaria

Comer es un placer. Hay pocos placeres en esta vida que se puedan comparar al hecho de sentarse en la mesa con una vajilla impoluta y comer un generoso plato de tu comida favorita.

Desgraciadamente para llegar a este acto,  primero es necesario encadenar otros actos inherentes que son más o menos desagradables, pero que forman parte del proceso para llegar al resultado final, que es en este caso disfrutar de la comida.

Por ejemplo fregar. Fregar no es un acto bello en sí. De hecho al ser una acto post coitum, fastidia mucho más. Con el premio de la comida en la tripa se hace más pesado dedicar unos minutos a fregar  hasta un par de platos, cosa que se entiende.

Con esto llegamos al primer axioma de la reflexión de todo a cien:

Axioma 1. Comer mola. Pero hay cosas necesarias que hay que hacer para conseguirlo que no molan tanto. En la música pasa lo mismo.

Estas cosas en el mundo de la música son por ejemplo tener que ser manager, productor, promotor, relaciones públicas, editor páginas web, etc. Todo ello es necesario para sobrevivir en ese denso mundo, y poder tocar en directo por ejemplo, que es uno de los placeres máximos para un músico.

En la convivencia en pareja creo que todos podemos decir cien cosas que no es que nos muramos por hacer, como ordenar la casa, hacer la compra, cerrar los tapones del gel, etc.

Pero ocurre que algunas cosas que de tanto hacerlas te llegan a gustar por el solo hecho que te recuerdan al acto final en sí. Qué remedio. Yo por ejemplo he encontrado el gusto a fregar y eso que tengo lavaplatos.

Fregar, ese acto de pereza exponencial

Fregar, ese acto de pereza exponencial

Probablemente estaréis pensando que me he vuelto loco. Puede. Pero a mí me produce una sensación muy placentera no tener cacharros sucios en la pila de la cocina.

Eso de terminar de cocinar o de comer y ver una montaña rocosa de porcelana no me mola nada la verdad.

El que diga que no le importa comer en platos sucios, independientemente que pueda ser un guarro, creo que lo que le pasa es que le da pereza hacerlo, y se justifica. Con esto llegamos al segundo axioma.

Axioma 2.- Ya que hay cosas que no molan y que las tienes que hacer por narices,  esfuérzate por buscarlas el gusto.

Y es que la verdad es que la limpieza y el orden en la cocina es algo placentero pero sacrificado. Desgraciadamente a veces el lado más placentero, pierde ante el lado sacrificado. Por desgracia este desajuste llega a influir en el producto final. Si tienes la cocina sucia, se cocina peor, por ejemplo.

De la misma forma si la relación con los músicos de tu grupo es buena, también tocarás mejor. No cabe duda. Igualmente si la convivencia con tu pareja es buena, durará más la llama. La pescadilla que se muerde la cola.

Pero demos un pasito más. Aquí la gente entrará en discusión si tener la pila despejada de cacharros influye en el producto final. Puede que no. Aunque creo que lo que sí está claro que el verdadero secreto para que salga bien el producto es más cuestión de actitud hacia las cosas que haces. Y la dinámica del entorno, positiva o negativa sentenciará los resultados de un lado o de otro.

Por unas natillas de chocolate: M A T O

Por unas natillas de chocolate: M A T O

Cuando por ejemplo vas a tomarte unas deliciosas natillas de chocolate y tienes  a tu disposición varias cucharillas perfectamente limpias, pues creo que el acto se disfruta más.

Por desgracia a veces el lado oscuro de la pereza por no mantener limpio en entorno hace que todas las cucharillas estén sucias en el fregadero. Momento de pánico en el que el acto inmediato de comerse las natillas puede peligrar.

Porque además estas cucharillas al ser pequeñas, se cuelan y quedan sepultadas bajo una pila de platos sucios y ollas con arroz pegado. Con lo que conseguir rescatar algo de ese cementerio subterráneo de cucharillas si tener que ponerse a fregar todo, resulta literalmente imposible.

Y no solo eso, sino que además la pereza de fregar, crece exponencialmente cuantos más cacharros sucios haya, con lo que el objetivo de encontrar una cucharilla limpia se va por el desagüe, nunca mejor dicho.

Axioma 3.- Hay que luchar contra la desgana de las cosas que no molan para no encontrase nunca con un cementerio de cucharillas.

¿Pero, qué narices tiene que ver esto con la música, o con las parejas?. Pues bien, el acto de fregar en cualquiera de estas relaciones entre personas, simboliza el cuidado y la limpieza diaria de la relación en sí.

Si alguien cuida con esmero estos actos incómodos pero que hay que hacer, siempre tendrá la ilusión impoluta y preparada para disfrutar de todo lo bueno mucho mejor.

Si por el contrario gana la desgana (valga la redundancia) y esos actos necesarios se convierten en una losa, no es que resulte definitivo, pero sí puede que lo sea. Uno se encontará con una montaña de porcelana que va creciendo y que cada día será más dificil de escalar.

CONCLUSIÓN

En resumen, todo el que desee disfrutar con algún placer terrenal como el comer, convivir con su pareja o tocar música , deberá aceptar y llevar con gusto a poder ser, los sacrificios inherentes necesarios para tal fin.

Cada uno tendrá su fórmula y su capacidad de afrontar situaciones de sacrificio, pero lo que si está claro que en una actitud constante y hacendosa estará la clave para conseguir evitar ser enterrado en un irremediable cementerio de cucharillas.

Cementerio de Cucharillas

Cementerio de Cucharillas

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