En esta nueva entrada vamos a contar la experiencia que supuso grabar el videoclip "Vivo!", lo que aprendimos con él, pero también lo que no llegamos a aprender. Y además, aderezado por algunas cosas que por cosas del destino, dejamos en el camino.
Todo con el fin de recordar lo que ha sido esta inolvidable experiencia, que además hemos podido compartirla con amigos. Comencemos.
Una de las pocas cosas que tengo claras en la vida, es que lo mejor de embarcarse en proyectos artísticos/personales, es lo que disfrutas y aprendes en ellos. No tiene que ver el resultado que obtengas (que normalmente suele ser poco, al menos en nuestro caso). Lo importante es lo que pasa durante el proceso, no después.
Como todos os podéis imaginar, en este periodo oscuro de crisis y recesión global, la industria musical está sufriendo un desmorone digno de un castillo de arena gigante en plena marea alta. Nada nuevo bajo el sol mayor.
Que tampoco hay soluciones a corto plazo, y que además si las hubiera, no son sencillas, es un hecho. La ley del "todo gratis", está más anclada que el barco de chanquete, y uno prefiere centrarse en intentar seguir haciendo cosas (mejores o peores), que en cambiar el sistema de consumo digital y pretender vivir de esto.
Nosotros como peces más pequeños de este mar de músicas, vemos muy lejos esta descomunal marea, pero vemos cerca como cierran salas donde tocábamos, vemos como compañeros músicos profesionales abandonan, y como muchos proyectos personales molones, se van a unaa deriva tan injusta como real. Es casi imposible vivir de esto, pero además a veces se hace difícil simplemente vivir con esto.
Y es que ya no solo vivir, que lo damos por descartado. Es que aunque seas un pez pequeño, es casi imposible a veces seguir con proyectos personales, que sabes que son una ruina económica para tu modesta economía y que además tampoco los puedes compaginar con tu vida diaria.
Pero cuando todo te dice que pares, es cuando más lejos tienes que saltar. Y por eso, las reflexiones de este post, las hemos querido sintetizar en cinco saltos al vacío, cada uno con un aprendizaje vital que nunca olvidaremos.
Así que lejos de lamentarnos, el hecho es que lo bueno de ser peces pequeños, es que nos movemos mucho más rápido. Darwin decía que los animales más pequeños son los que mejor están preparados para adaptarse a los cambios, como la leyenda urbana de las cucarachas en una hecatombe nuclear. Pues bien, hagamos caso a la teoría de la evolución y grabemos otro vídeo nosotros mismos, nos dijimos.
Después de la alucinante experiencia (personal) de grabar el vídeo de Huracán, vino el no menos gran aprendizaje de grabar Caníbales, siempre con el fin de empaquetar lo mejor posible canciones, que al fin y al cabo son la esencia de todo esto.
Por eso la tendencia clara (y única salida) para los tiempos que corren, es ser capaces de adaptarse al entorno, con los medios que se tengan. Y si es posible, mantenerse vivos (que no es poco). Hacer lo que se pueda y aprender lo máximo para que el siguiente proyecto salga mejor.
Pero esto, a veces conlleva una lógica pérdida de motivación y de aspiraciones, ya que lo que antes se podía hacer con unos medios materiales y personales dignos, ahora o los haces en modo "Juan Palomo -D(o) I(t) Y(ourself)", o nunca los harás. A veces hay que dar un paso atrás para dar dos adelante.
Y como diría David Trueba también hay que saber perder y darse cuenta que una sardina nunca llegará a será un tiburón, y menos con la que está cayendo. Cosa que tampoco tiene porqué ser malo.
Así que con este espíritu afrontamos este proyecto. Y elegimos "Vivo!" con toda intención del mundo. No buscábamos nada más que sentirnos y mantenernos "vivos" al hacerlo.
Primer Salto: El primer instinto del mundo natural, es la supervivencia. Mantente vivo y luego ya veremos.
Teníamos claro que parar no es una opción, aunque no se encuentren los resultados que uno busca, hay que seguir igual de motivados. Stay foolish, stay hungry, como diría Jobs.
Y teniendo claro que queríamos hacer algo, y después de estar unos meses con el proyecto paralelo experimental de "Sinergia", personalmente tenía claro que quería compartir esta aventura con Roberto Moreno Fernández (AKA Sarani).
Cuando encuentras química personal y artística con alguien, debes tratar de aprovecharla, porque es un regalo y es una de las mejores cosas que te puede pasar.
Así que nos sentamos y tratamos de hacer un guión que cumpliera una serie de premisas.
La primera es que la pudiéramos hacer. Parece tontería, pero a veces uno se plantea proyectos que son demasiado pretenciosos (económicamente o en cuanto a medios) y luego fracasan porque no tuviste en cuenta de los pequeños detalles como los actores, el escenario, o los medios. Menos es más.
Así que tratamos de hacer un guíon con historia pero sin muchas "historias" para tener que grabarlo. Hicimos rodajes previos para ver posibilidades cosa que nos ayudó muchó a ver errores y posibles fallos de guión.
Segundo salto: Trabaja el doble para luego trabajar la mitad. Todo lo que dediques a cuidar el guión y el script, lo ahorrarás en la grabación y el montaje.
Una de las cosas que personalmente he aprendido, es que es muy importante tener claro donde quieres ir antes de empezar a andar. Eso me lo dijo un amigo motero: "Si no quieres estamparte con la señal, no mires la señal, proque la moto va donde de van tus ojos".
Y luego cuando ya tengas muy claro el guión, la segunda premisa es hacer pruebas para ver como encajan con la realidad. Por desgracia a nuestro nivel, en la cabeza tenemos unas ideas y luego en la cámara salen otras. Así que toca trabajar más que los que saben para llegar al mismo punto.
La gente de talento tiene la capacidad de hacer justo lo que piensan, pero no es nuestro caso. Nosotros somos más de ir ganando pequeñas batallas.
Ganamos la primera cuando dedicamos todo un día para grabar una prueba. Tuvimos que madrugar porque las escenas eran al amanecer, pero no hubo miedo. Luego montamos todo lo que grabamos ese día, y vimos muchos fallos y cosas que no nos encajaban del todo.
Tercer salto: El genio hace, el artesano rehace. Si eres de los primeros, perfecto, felicidades. Si no lo eres de esos, no pasa nada, tendrás que desandar mucho para llegar al mismo sitio.
Unos podrían pensar que perdimos un día de nuestras vidas grabando cosas que no sirvieron. Otros que gracias a ese día, tuvimos claro lo que queríamos y cómo lo queríamos. Es cuestión de ver las cosas. El caso es que de los más de 3 horas que grabamos el primer día, no hay ni un minuto en el vídeo final, pero lo que aprendimos ese día fue vital.
A la semana siguiente volvimos y repetimos casi todos los planos. Todo fue mucho más rápido porque ya que teníamos todo bien claro. En un día grabamos todas las tomas.
Luego viene el trabajo en equipo. Otra de las cosas que he aprendido de esto es que solo no puedes, con amigos sí.
Por supuesto Roberto (Moreno Fernández) Sarani, el director, guionista, cámara y el montador, ha sido el verdadero padre del vídeo. Siento un orgullo gigante por este tipo, que tiene un talento que se le sale por las orejas. Aprendo mucho de él y es alguien con el que es fantástico hacer lo que sea. Es un hombre del renacimiento: todo lo que hace, lo hace bien.
Además escucha y soporta manías ajenas (las mías), y es perfeccionista y positivo. Os recomiendo ver su canal de youtube, es una pasada. Además hace meses compartimos un proyecto de 4 canciones de estilo inclasificables con sus vídeos correspondientes, que son también muy recomendables.
https://www.youtube.com/user/bigsarani
Pero no solo él. El equipo para este vídeo tuvo otros pilares importantísimos.
A parte del eterno Rodri Roé, que nos supervisó todo el proceso fotográfico y nos guió con muchas ideas en el montaje, también contamos con dos personas sin las que sin su ayuda el vídeo no hubiera podido salir.
Para el guión que habíamos hecho, había una escena vital que era saltando de un puente sobre el Tajo. Hacía mucho que nadie salta de ese puente, y no sabíamos que habría en el fondo.
Solo nosotros dos solo era imposible hacer el despliegue, así que nuestro amigo Jabal se unió a la fiesta. Conozco a Jabal desde que no tenía ni uso ni razón, pero es alucinante cómo por mucho que creas que conoces a alguien, siempre es capaz de sorprenderte.
Jabal no ha estudiado ni trabajado en nada de cine, pero es alucinante como es capaz de ver los planos en plana grabación y ver los errores de racord. No se le escapa nada. Además su ayuda fue vital para la escena del puente, ya que hizo posible un despliegue digno de Spielberg con medio casi nulos. Sin él no hubiera sido posible hacer la escena del salto.
Y hablando de esa escena. Sinceramente oí un cocorocó dentro de mí, que me hizo dudar si tanto riesgo merecía la pena. Cuando estaba arriba del todo dudé muy seriamente en saltar, miré a Rober y le dije: - ¿Realmente es necesario que salte?
En mi interior esperaba un: no, tranquilo lo arreglo en el montaje, pero no fue así. A cambio recibí una mirada que nunca olvidaré. No sé lo que pensaría é,l pero en ese punto me di cuenta que si uno mismo no se tira al vacío por sus proyectos, nadie lo hará. Es cuestión de principios.
Cuarto salto: Quien no arriesga no gana. Un General que no pisa combate nunca podrá esperar que el soldado salga de la trinchera.
Así que salté, y por suerte no me maté ni me rompí nada, cosa que hubiera sido un éxito para Jackass, o vídeos de zapping. Luego tuve que saltar varias veces más para tener más planos, pero no fue lo mismo que la primera vez. El resultado es el del vídeo. Una gran escena.
Pero siguiendo con el equipo, hay una amiga a la que liamos para que actuara en el papel de Hanna. Fuen es amiga desde casi el mismo tiempo que Jabal y cuando pensamos en el personaje femenino, pensamos en ella Rober y yo a la vez.
En el guión Hanna es la novia-amante del protagonista. En el guión habíamos pensado en grabar alguna escenas nocturnas para contrastar con la estética diurna y luminosa de la huída de Habbo (el protagonista). Además era la parte en la que Habbo se ponía en modo cazador, y que además era la parte que hilaba con el principio del vídeo.
Pero las cosas no siempre salen como un quiere y justo al empezar a grabar las escenas nocturnas con Fuen, me robaron la mochila, donde tenía las esposas, la cartera y el maquillaje.
Sí señores, me robaron la mochila en mi propio pueblo de menos de 500 habitantes. Un pueblo donde todos nos conocemos y (solíamos) dejar las bicis sin candado y las puertas abiertas de la casa.
Ha sido una de las peores experiencias de los últimos meses. No por el dinero de la cartera (que era lo de menos). No por tener que cambiar un montón de carnets, y documentación.
Realmente lo peor es que me sentí traicionado por un pueblo al que amo con locura y al que aunque no he nacido allí, es mi origen y ha grabado gran parte de mi juventud.
Además lo que más me dolió es que no pudimos seguir grabado ya que el maquillaje, las esposas y otros accesorios estaban en la mochila robada. Eso nos trastocó todo el rodaje. Todo un poco por mi culpa, por no tener precaución de donde dejaba la mochila.
Además lo siento por Fuen porque no pudimos grabar su parte, y al final solo sale en la última escena del vídeo. Eso sí es un plano esencial para la historia.
Y lo peor que algo dentro se rompió, me sentí realmente mal por eso. Es cierto que dejé la mochila apoyada y la perdí de vista, pero esa mochila ha estado en Marruecos, Japón, Rumanía, la India, Nepal, Sudáfrica y nunca la había pasado nada. Y en mi propio pueblo me la roban. Cosas de la vida, luego la gente tiene miedo a viajar.
Pero así es la vida, actúa por la espalda sin capacidad de reacción, así que una de las últimas cosas que aprendí de Vivo!, fue que nunca debes perder de vista tus herramientas de trabajo. El dinero se puede recuperar, pero esa noche de rodaje ya nunca volverá.
Primer y último "asalto": Nunca pierdas de vista tu mochila si estás rodando, y menos aún si llevas material de trabajo. El ladrón busca dinero, pero a veces encuentra tiempo. El tiempo que necesitas para resolver todos los trámites y volver a rehacer planes, y eso es mucho peor. El tiempo no tiene precio.
Así que esas geniales escenas se perdieron como lágrimas en la lluvia, gracias al asaltante nocturno, y tuvimos que adaptar al guión a un nuevo final, con un nuevo desarrollo. Fue hora de improvisar con lo que había.
Por suerte pudimos salir de esa y terminamos el video, ya que además no hubiéramos podido repetir ninguna escena sin el maquillaje ni los accesorios originales.
Eso sí, nos quedamos con que pudimos salir de esa, y que minimizamos daños lo mejor que pudimos. Al fin y al cabo no siempre salen las cosas como un espera. Es la salsa agridulce de la vida.
Porque vivir tiene sus riesgos. Y lo mejor de todo es que si no tuviera esos riesgos no sería tan divertido ni vivir ni saltar.
Quinto salto: A veces, no solo se trata de batir récords de salto de altura. A veces, lo importante es saltar y no romperte nada grave en la caída.
Y es que saltar es la mejor manera de sentirnos VIVOS! El personaje en el salto es cuando se redime y acepta su destino.
Y si habéis aguantado toda esta chapa de historia, os merecéis ver el vídeo otra vez, para fijaros en todos los detalles que contamos (incluido el salto casi mortal).
Así que, con todos ustedes, Vivo!, dirigido por el gran Sarani y protagonizado por Fuensanta Cuenca y un servidor.
Un vídeo del que aprendimos que para sentirse vivo!, a veces hay que saltar sin ver lo que hay debajo, aunque a veces te dejes algunas cosas en el camino.